Dibujando mi sonrisa

Sonrío a la niña empañada en el espejo,  el vapor que lo cubre oculta las marcas de la noche anterior, esta vez solo son un par de dedos marcados en el brazo que con manga larga son fáciles de disimular. Me seco rapidamente el cabello y le doy unas pasadas con el cepillo, es día de escuela. Hay que estar lista a tiempo o no me dejarán entrar y quedarme en casa no es una opción.

El vapor comienza a disiparse y la imagen del espejo deja asomar mi delgado rostro, el miedo se mezcla con la euforia por irme pronto. Rapidamente me visto y tomo mis cosas, bajo las escaleras de puntitas, no deben oírme.

Justo bajando el último escalón, tropiezo con lo que parece un mueble, el primer piso es un desastre, botellas vacías, platos rotos, olor a alcohol por todo el lugar. La calma sepulcral que en ese momento existe en mi casa me atemoriza aún más que la imagen de lo que se ha vuelto costumbre cada noche. Respiro profundo para dejar de temblar y moverme de una manera menos torpe entre los vidrios. Lentamente me dirijo a la puerta, no hay tiempo para buscar dinero o algo que llevar al lunch, en ese momento solo importa salir de ahí. 

Cierro la puerta sin hacer un solo ruido, lo he conseguido, un par de horas para pretender que todo está bien y no tener miedo antes de regresar.


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