Cuando llegue el día

Ella está cansada de abrir los ojos cada mañana, él espera a que ella se levante para descansar un poco, no puede. Tantos años juntos y al mismo tiempo tan lejos ambos que ya se han acostumbrado a vivir así. 

Ella camina arrastrando una descolorida bata que se pone sobre su pijama con fastidio. Él la observa desde la cama sin decir una palabra. Ella murmura sobre el frío intenso que ha sentido este invierno mientras el baño se llena con el vapor de la regadera. Entre el sonido de las gotas que caen al piso se escucha levemente un llanto casi mudo. Él no se mueve, ve el vapor salir del cuarto de baño y permanece en silencio. Sabe que sería un buen momento para levantarse y correr a abrazarla pero no serviría de nada, ya no son unos niños, no queda nada de esos veinteañeros que se casaron hace casi cincuenta años. 

Él recuerda el amor pero ya no lo siente, sin embargo sabe que debe cumplir, ella finge que ya no le importa, finalmente duele menos cuando no te importa que cuando la herida está abierta. Mientras ella está en la regadera cierra los ojos y finge que el mundo no está ahi, se encuentra en otro lugar muy lejos donde todo está bien y no hay tristeza. Pasan casi 40 minutos hasta que recuerda que hoy la visitarán sus hijos  y se apresura a ponerse guapa. Una sonrisa se asoma por unos instantes. 

Cuando regresa a la recamara él ya se ha levantado aunque ella ni si quiera lo ha notado, está tan apurada que no se percata de que se encuentra parado en la esquina del cuarto vistiendo una chaqueta de cuero. A ella siempre le gustó como lucía él con esa chaqueta, ella se la había comprado como regalo de cuempleaños un 10 de diciembre y aunque le quedaba un poco justa él fingía que le quedaba perfecta. 

Ella sigue arreglandose para verse linda para sus hijos, abre un cajón para sacar su collar de pequeñas piedras y junto a éste ve una fotografía de él. Hace 20 años en un lujoso restaurant los dos cenando y él vistiendo la chaqueta de cuero. Antes él solía ser muy complaciente, en el fondo ella sabía que la chaqueta no le encantaba a él y sin embargo siempre la traía puesta para darle gusto a ella. Sonríe por un instante y guarda la fotografía al fondo del cajón, no quería mostrar alguna emoción por la foto. Él se acerca y se detiene a su lado ansioso por que ella escuche que es lo que tiene que decir pero no puede. Ella se aleja, se dirige al pequeño recibidor y se sienta a esperar a sus hijos. 

Está molesta, recuerda la escena, el día en que tomaron la fotografía estaban tan felices, ella le hizo prometer a él que esté siempre a su lado, él lo prometió, ella ríe, se besan. De regreso a casa el camino estaba lleno de niebla y apenas incorporandose a la carretera que los llevaría a su hogar otro carro los embistió. Ella despertó en un hospital despues de una semana. Él se había ido, ella ni si quiera se despidió de él. Todo cambió en un instante.

Mientras escudriñaba en sus recuerdos suena el teléfono, ha habido un contratiempo y sus hijos no podrán ir, quizas la siguiente semana habrá tiempo de visitarla. Ella regresa a la recamara, se recuesta y como si supiera que él la está escuchando dice en voz alta : "Cuando llegue el día y vengas a buscarme no olvides usar la chaqueta que te regalé mi amor."



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