Su tormento se llama Michelle
Ella tan pálida como un hoja en blanco y los ojos tan grises como su amor por él. Su delgada silueta se ve enmarcada por su aversión a la comida. Michelle es una chica práctica, no pierde el tiempo en la cocina, para ella cocinar elaboraradamente es una pérdida de tiempo que de vez en cuando acepta. Su esposo Ken quien se casó perdidamente enamorado de ella no escatima en los mimos y caprichos que Michelle le pida, ropa, clubes, carro nuevo cada año y demás cosas para que sus amigas no la tachen de pobre.
Ken trabaja en una firma de abogados donde lo envidian por su flamante esposa, sin embargo están muy lejos de conocer la realidad que enmarca su relación. Cada año Michelle perfeccionaba lo que ella llamaba su "técnica para mejorar al esposo". Día con día desde que despertaba hasta que iba a dormir criticaba cada aspecto del comportamiento de Ken para poder limar esas asperesas que a ella tanto le disgustaban, por ejemplo su tono de voz, su forma de manejar, su forma de tomar los cubiertos, su forma de estornudar o respirar, su manera de vestir, la forma en que abotonaba su camisa e incluso la forma en que se ponía serio con ella.
Al paso de los años Ken se fue cansando de esta situación y Michelle se volvía más exigente con él, al grado de controlar no solamente su vida si no tambien sus pensamientos. La casa que en un inicio construyeron llena de sueños se había convertido en un frío castillo donde reinaban los largos silencios y las pocas muestras de cariño. En el fondo Ken amaba a su esposa y estaba resignado a vivir de esa manera, despues de todo ella había sido el centro de toda su vida, no conocía nada más. Regresaba cada día a casa como un perro que no tiene más a donde ir y donde a pesar de todo se siente seguro.
Comentarios