Miércoles Superficiales - CowGirl

Regina: Mamá me compras un caballo?
Madre: No
Regina: Porfis?
Madre: No, no hay dinero para caballos!
Regina: ESTA BIEN ENTONCES MONTARÉ UNA DE LAS VACAAAAAAAS!


Y así empezó la historia de Regina y su vaca "Luna"...


En palabras de Regina:



“Ella cree que es un caballo'', dijo Regina recientemente, montada sobre la vaca blanca y café que pastaba impasiblemente. Todo comenzó hace dos años, poco después del nacimiento de Luna en la propiedad de los Mayer en Laufen, una aldea cercana a la frontera con Austria.

Para empezar, le colocaba unas riendas y la llevaba a pasear. Poco a poco, Regina acostumbró a su vaca al contacto humano y a los aperos de equitación. A los seis meses, llegó el momento de ver cómo reaccionaría Luna al peso de un jinete. Mayer se sentó en la montura y todo anduvo bien... al comienzo.

“Se portaba bien y caminaba normalmente'', dijo Regina, ataviada con su equipo de equitación. ``Pero después de unos metros quiso que desmontara. Era evidente que estaba enojada''.
Después que Regina regresa de la escuela empieza la que rutina incluye cepillar y mimar a la vaca, ensayar saltos y cabalgar durante una hora.

Es mucho trabajo, ``pero lo disfruto'', dijo Regina. La joven de 15 años no abandona sus esperanzas de tener un caballo y tal vez próximamente realice su sueño, pero dice que siempre sentirá afecto por Luna.
“Seguirá siendo mi consentida'', dijo.










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