Cuentos que no son cuento - Échale un ojito a mi hermana



Me llamo Amy, estudio arquitectura en una reconocida universidad y me gusta comer personas.   Tengo una hermana gemela, Alicia, y aunque sospecha que algo no está bien no se atreve a preguntarme que es lo que está pasando. 

Todo empezó el verano pasado cuando fui a un viaje de estudios a Guatemala, salí  a acampar con amigos del viaje a una zona boscosa afuera de la ciudad. Ya estando instalados en el campamento decidí dar un paseo yo sola por los alrededores, caminé por espacio de una hora y al querer regresar no encontraba el camino. Poco a poco me alejaba más y más hasta que no supe donde me encontraba. Estuve toda la tarde buscando el camino de regreso hasta que finalmente cayó la noche. Me acurruque bajo un gran árbol e intenté tranquilizarme pensando que mis amigos se darían cuenta de mi ausencia y seguramente ya me estarían buscando.

Las horas pasaban y mi hambre iba en aumento. Sin embargo, me quedé dormida, a la mañana siguiente desperté con los ruidos de una ardilla que se encontraba cerca de mí. Al levantarme me dolía todo el cuerpo y me percaté de que estaba totalmente bañada en sangre, la ropa, las manos, absolutamente aterrador, pensé que seguramente me había atacado un animal mientras dormía, pero, después de revisar muy bien como me encontraba me di cuenta que la sangre no era mía. Desconcertada caminé algunas horas hasta que me senté a descansar en una roca, noté que en mi bolsillo derecho había algo que me incomodó al sentarme, lo saqué y eran un par de ojos! los tiré al suelo lanzando un grito por la impresión y ambos cayeron al suelo, se quedaron fijos como viendome directamente. La cabeza me dolía y comencé a marearme todo era borroso, al minuto siguiente me encontraba masticando algo delicioso, el sabor más exquisito que haya probado jamás, no podía detenerme debía seguir comiendo y entonces conscientemente tomé el segundo ojo y me lo metí a la boca, su sabor era enervante.

Unas horas después de darme cuenta lo que acababa de pasar mis amigos me encontraron y me llevaron al hospital, querían asegurarse de que me encontraba bien, me contaron muy alterados que Mateo uno de los chicos del grupo estuvo buscándome la noche anterior y no regresó, encontraron su cuerpo comido por animales seguramente un oso lo atacó y se comió parte de él, temían que me hubiera pasado lo mismo y más al verme llena de sangre. Yo inventé que me caí por un alcantilado y las cosas no pasaron a mayores.

El viaje de estudios acabó y yo regresé a mi casa, mi hermana me notaba extraña pero solo me observaba con sus grandes ojos sin decir una palabra. El tiempo pasaba y yo no podía olvidar ese sabor, necesitaba una persona y la necesitaba ya. Al principio elegía a mis víctimas lejos de mi hogar pero después me resultó mas fácil utilizar a mis vecinos e inclusive amigos de mi hermana. La situación estaba fuera de control, yo no podía parar. La gente comenzaba a sospechar y en las noticias comenzaron a manejar la teoría de un asesino en serie. No le dí importancia y las cosas siguieron igual.

Los días pasaban y una noche que me fui a acostar me encontraba inquieta y Alicia lo notó, me cuestionó sobre mi actitud pero dije que era por los exámenes finales en la escuela. Era curioso pero mi hermana y yo compartíamos la misma recamara desde que éramos unas bebés, nuestras camas solo estaban separadas por un pequeño buró. Me preocupé por lo que había visto en las noticias días anteriores y sin mencionar una palabra esperé a que Alicia se durmiera. Decidí sacar uno de los frascos llenos de ojos que guardaba en un hueco de la pared del closet y que estaba cubierto por un trozo de madera. Tomé el frasco no sin antes comerme uno de esos deliciosos ojos y lo puse bajo la cama de mi hermana y ahora sí pude dormir. 

No pasaron ni 2 días cuando la policía llegó a la casa con la pista de que probablemente el asesino se encontraba en la zona, mi hermana quien fue la que abrió la puerta y los dejo pasar, revisaron cada rincón buscando pistas, nos amenazaron con arrestar a ambas por la sospecha de que tuvieramos algo que ver con el asesino serial por la ubicación donde habían sido los asesinatos, pero antes que acabaran de explicarnos eso un policía encontró el frasco bajo la cama de Alicia y yo sorprendida grité: Alicia como pudiste! y se la llevaron.

Me llamo Amy y me encuentro sentada en la cama de mi hermana con uno de los frascos de ojos que guardé en un hueco del closet y pienso comérmelos de uno en uno para saborearlos lentamente.
Gracias liz por contarme el sueño de Amy:


Comentarios

zayda ha dicho que…
estas bien loca!!!!!!!!!!!!!!!!!111 y liz tmb jajajjajajajjajja
Amy ha dicho que…
Jajjaja.. Ari que risa me dio... algo asi fue el sueño, que curioso que si fui a Guatemala y me anduve sola por la selva.... solo que no me perdi, normal me volvi a reunir y ya.
Luego te cuento mas sueños jajjaa.. suelen ser seguidos.

Gusto en conocerte

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